- Lo forzada que sea la postura.
- El tiempo que se mantenga de modo continuado.
- La frecuencia con que se realice.
- La adopción de posturas forzadas similares a lo largo de la jornada.
Las posturas forzadas más habituales son:
- De pie siempre en el mismo sitio.
- Sentado, tronco recto y sin respaldo.
- Tronco inclinado hacia delante, sentado o de pie.
- Cabeza inclinada hacia delante o hacia atrás.
- Malas posiciones al utilizar las herramientas.