La silla es posiblemente la pieza más importante del mobiliario que utilizamos cada día. Hay miles de modelos en el mercado pero como mínimo ha de cumplir los siguientes requisitos:
- Ha de ser estable, con al menos cinco patas con ruedas que permitan libertad de movimientos.
- Regulable en altura (en posición sentado).
- Preferiblemente con con respaldo alto, ya que esto permite un soporte total de la espalda con lo que se consigue relajar los músculos y evitar la fatiga.
- El respaldo ha de permitir el soporte lumbar y ser también regulable en inclinación.
Sistema de respaldo de contacto permanente. Todas las sillas de oficina modernas incorporan este sistema, que permite liberar el respaldo de manera que este se mueva acompañando nuestros movimientos.
Para que sea efectivo, se deben regular los muelles que controlan el respaldo, ya que si este queda demasiado rígido, nos empujará hacia adelante, y si queda flojo no nos proporcionará un apoyo estable.
Esta regulación depende del peso de cada usuario por lo que es necesario que cada uno regulemos esa tensión de acuerdo con nuestras preferencias. Debes localizar, bajo el asiento, el tornillo que regula esta opción y libera o apriétalo según tu comodidad.
Es importante que regules tu silla de forma que la altura de la mesa te sea cómoda y tus bazos descansen en una posición de 90º sobre esta. Si no puedes apoyar los pies en el suelo solicita un reposapies. No te sientes en el borde de la silla ya que recuerda que el respaldo tiene que estar en contacto con tu espalda y que su posición no debe ser rígida, si no que debe acompañarte en lo movimientos que realizas.
Pasamos muchas horas sentados, y una mala postura puede influir negativamente en nuestra salud.
Evitarás muchos problemas si aprendes a regular tu silla y adoptas una buena posición cuando estas trabajando.
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